
DOMINGUERAS/ DEL SUICIDIO
Fernando Curiel
- Tema, en el género novela, para correr riesgos personales y estéticos (en vez de los facilones –“facilongos”-, manidos, hiper manoseados…y premiables de cajón).
- En la vida real, abisal misterio sin punto final.
- Los hay puros y condicionados.

- Puros, justo cuando la vida florece, se prodiga.
- Condicionados si el trancazo de la enfermedad —del alma, del cuerpo, de la imaginación—, toca a fondo irremisible.
- Los hay, también, climatológicos. Término, solar, a un largo invierno; lunar, a una primavera que se eterniza.

- Forma íntima, privada, de la fama pública.
- Muy mexicanamente hablando, “alborotar la gallera”.
- Obliga a distinguir entre profesionales y aficionados.

- PON UNO, QUITA TODO.
- Más, más impenetrable que la Muerte.
- Pensarlo reincidentemente, es cometerlo in pectore.

- Solamente el suicida sabe a quién “se la refresca”.
- Única forma de borrar el “negativo” que llevamos dentro.
- Víctima y victimario trasfundidos.

- Rúbrica: soga, bala, instrumento punzocortante, veneno, raticida, piedra, destapacaños.
- Juez y Parte.
- Fast track al Juicio Final.

- Punto de fuga en una vida de cuadritos.
- Un suicidio adolescente detiene, nano segundos, el reloj del Big Crash.
